La primera vez que oí esta frase me quedé un poco planchada. Nunca me había puesto a pensar en ello, y me dio para varias reflexiones que hoy me gustaría compartir. Y cómo no, lo llevaré también al ámbito de las ventas porque me parece totalmente extrapolable:
Querer a los clientes no es suficiente
Volviendo a los hijos, supongo que los que tenéis hijos muchos os sentiréis identificados y os veréis reflejados y los que no los tenéis os sugiero poneros en el papel de hijos (esa experiencia lo hemos vivido todos) y seguro que os veréis reflejados en algo.
Querer a un hijo/a que has gestado y parido es fácil. Diría que es natural, inevitable y lo hacemos sin esfuerzo. Lo que es más complicado es demostrar a nuestros hijos que los queremos.
“Todos los días les digo lo mucho que los quiero”
“Todo lo que hago lo hago por ellos”
Yo ya lo sé, a mí no me tenéis que convencer, son nuestros hijos los que lo tienen que sentir, y no solo verbalmente, sino con hechos.
Lo que pasa es que muchas veces sin querer, nuestros actos no dicen “te quiero” sino al revés: “no te quiero”
“Perdona cariño, ahora no tengo tiempo para atenderte”
“Calla hija, ahora estamos hablando los adultos”
“Si sacas buenas notas te compraré un iPhone”
Con nuestros actos y conductas que muchas veces no son coherentes con lo que realmente sentimos les podemos hacer creer que “no te quiero siempre, sólo cuando haces o dices lo que yo quiero”.
Y no es fácil, muchas veces nos faltan herramientas y sobre todo paciencia. Y nuestro comportamiento les confunde… no somos coherentes con nuestros actos y lo queremos arreglar todo con un “te quiero”. Pero si acto seguido les chillamos, no los escuchamos o les pedimos cosas para las cuales no están preparados, lo que sienten y entienden nuestros hijos es que a veces no los queremos.
Cambiando de ámbito, considero que ocurre lo mismo en el ámbito de las ventas.
Si os pregunto:
¿Qué es lo más importante para una empresa?
Yo no tengo ninguna duda, EL CLIENTE.
Y ahora os formulo una serie de preguntas que me gustaría analizarais:
¿Le hacemos sentir al cliente que él es lo más importante para nosotros?
¿Cómo lo hacemos?
¿Lo hacemos todos los días?
¿Tratamos todos igual a los clientes?
¿No habrá por casualidad alguien que esté maltratando a estos clientes?
Respondamos estas preguntas y tomemos consciencia de la importancia de este tema.
Es tan OBVIO que lo OBVIAMOS. A esto se le llama OBNOSIS.
¿Os interesa seguir hablando de esto?